Cuando planificas un viaje a Nuévalos, seguramente piensas en lugares emblemáticos como el Monasterio de Piedra, el embalse de La Tranquera o las rutas por el cañón del río Mesa. Pero, ¿sabías que muy cerca de Nuévalos tienes la posibilidad de explorar una joya histórica como Calatayud? Esta ciudad, cargada de cultura, patrimonio y encanto, es el complemento perfecto para tu escapada. Aprovechando tu estancia en un buen alojamiento en Nuévalos, puedes disfrutar de una visita a Calatayud y descubrir sus monumentos, su gastronomía y su ambiente auténtico. En este artículo veremos por qué no debes perderte la oportunidad de conocer Calatayud durante tu viaje a Nuévalos.
Calatayud es una ciudad con historia y encanto
Visitar Calatayud es sumergirse en una ciudad donde la historia, la cultura y la arquitectura se entrelazan en cada rincón. Fundada en la época romana y con un legado visible de su pasado musulmán, esta ciudad aragonesa es un destino que sorprende por la riqueza de su patrimonio. Con un casco antiguo lleno de callejuelas empedradas, monumentos mudéjares y una atmósfera auténtica, Calatayud es la parada perfecta para complementar tu estancia en Nuévalos. Además, su ubicación estratégica te permite recorrer fácilmente los alrededores, como el Monasterio de Piedra, mientras disfrutas del mejor alojamiento en Nuévalos.
Calatayud destaca por ser una ciudad donde cada paso que das te lleva a descubrir un pedazo de historia. Desde la Colegiata de Santa María la Mayor, uno de los máximos exponentes del arte mudéjar en Aragón, hasta las murallas medievales que una vez protegieron la ciudad, los puntos de interés son innumerables. Pasear por su casco histórico es una experiencia que te transporta a diferentes épocas, donde la influencia cristiana, judía y musulmana han dejado una huella imborrable.
Monumentos imprescindibles en Calatayud
Uno de los mayores atractivos de Calatayud es la gran cantidad de monumentos que conserva. El primero que debes visitar es la Colegiata de Santa María la Mayor, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su torre mudéjar es un icono de la ciudad, y su interior, con influencias góticas y renacentistas, te dejará impresionado por la riqueza de sus detalles. Este edificio no solo es un hito arquitectónico, sino también un reflejo de la mezcla cultural que caracteriza a Calatayud.
Otra parada obligatoria son las murallas de Calatayud y el castillo de Ayub. Las murallas, que datan de la época musulmana, rodean parte de la ciudad y ofrecen vistas espectaculares del entorno. Subir hasta el castillo te permitirá disfrutar de una panorámica única, donde el pasado y el presente se encuentran. Es un recorrido ideal para quienes disfrutan de la historia y desean tener una visión completa de la ciudad desde las alturas.
Si lo tuyo son las leyendas y curiosidades, no puedes dejar de visitar la Plaza del Mercado, donde se dice que se originó la famosa leyenda de la Dolores, un personaje mítico ligado a la historia de la ciudad. Este rincón, con sus edificios de arquitectura tradicional, te permitirá conocer la esencia más popular de Calatayud.
Sabores auténticos de la gastronomía de Calatayud
Calatayud no solo es famosa por su historia y su patrimonio, sino también por su gastronomía, que refleja la riqueza y diversidad de la cocina aragonesa. En cada plato se respira tradición, con recetas transmitidas de generación en generación que han sabido mantener intacto el sabor auténtico de la región. Si decides incluir una visita a Calatayud durante tu estancia en Nuévalos, disfrutar de su gastronomía debe ser una parte imprescindible de tu experiencia. Desde el ternasco de Aragón hasta los famosos vinos de la D.O. Calatayud, la ciudad te ofrece un recorrido culinario que no dejará indiferente a ningún paladar.
La cocina de Calatayud se caracteriza por el uso de ingredientes locales y de temporada, lo que garantiza la frescura y calidad en cada bocado. Platos como las migas aragonesas, el cabrito al horno o los guisos de caza son algunos de los imprescindibles para quienes desean sumergirse en la tradición culinaria de la zona. Además, la repostería bilbilitana (como se conoce a los habitantes de Calatayud) es otro de los puntos fuertes, con dulces como las frutas de Aragón o las trenzas de Almudévar, que son auténticos manjares.
Recomendaciones de lugares para comer en Calatayud
A la hora de elegir dónde comer en Calatayud, la oferta es variada y para todos los gustos. Desde tabernas tradicionales hasta restaurantes más modernos, la ciudad cuenta con una amplia selección de locales que ofrecen lo mejor de la cocina aragonesa. Para quienes buscan autenticidad, es recomendable optar por aquellos establecimientos que destacan por su compromiso con los productos de proximidad y las recetas tradicionales.
Entre los platos más destacados, el ternasco de Aragón ocupa un lugar privilegiado. Este cordero joven, asado con mimo y acompañado de patatas y pimientos, es un símbolo de la gastronomía de la región. Muchos restaurantes en Calatayud se especializan en su preparación, y no deberías dejar pasar la oportunidad de probarlo si eres amante de la buena carne.
Además, no puedes irte de Calatayud sin catar los vinos de la D.O. Calatayud. Estos vinos, elaborados con variedades autóctonas como la garnacha, son perfectos para acompañar tanto carnes como tapas. Algunos restaurantes ofrecen menús maridados, donde cada plato se acompaña de un vino seleccionado específicamente para realzar los sabores.
Productos locales y platos típicos que no puedes perderte
La tradición gastronómica de Calatayud se enriquece con una gran variedad de productos locales que forman parte de su identidad. Desde embutidos artesanales hasta quesos de cabra, cada producto refleja la esencia de la tierra. Las migas aragonesas, un plato humilde y contundente, son un clásico en las mesas de la región. Elaboradas con pan, chorizo, panceta y ajo, son perfectas para recuperar energías después de un día explorando la ciudad.
Otro plato típico que no puedes dejar de probar es el cabrito al horno. Esta receta tradicional es una auténtica delicia, donde la carne se cocina lentamente para conseguir una textura tierna y un sabor intenso. Se suele acompañar de patatas asadas y un toque de ajo y perejil, lo que le da un equilibrio perfecto entre sencillez y profundidad de sabor.
Para los más golosos, la fruta de Aragón es el broche de oro perfecto. Este dulce, elaborado con frutas confitadas bañadas en chocolate, es una especialidad que encontrarás en todas las pastelerías de la ciudad. Junto con la trenza de Almudévar, son ejemplos de cómo la repostería aragonesa sabe combinar tradición y exquisitez.
Alojarse en Nuévalos para disfrutar de Calatayud y su entorno
Elegir un buen alojamiento en Nuévalos es clave para aprovechar al máximo tu visita tanto a Calatayud como a los numerosos parajes naturales que ofrece la región. Nuévalos se encuentra en una posición estratégica que te permite disfrutar de los encantos del Monasterio de Piedra, el embalse de La Tranquera y otras maravillas naturales, sin renunciar a la posibilidad de explorar la riqueza histórica y cultural de Calatayud. A tan solo 20 minutos en coche, podrás combinar fácilmente la tranquilidad rural con las comodidades y el patrimonio que ofrece la ciudad.
Alojarse en Las Rumbas, uno de los mejores hostales de Nuévalos, te ofrece una experiencia completa: estarás rodeado de naturaleza, con vistas espectaculares al embalse, y a la vez a un paso de todos los lugares imprescindibles para descubrir en tu viaje. Es la opción perfecta si buscas un refugio acogedor después de un día de aventuras, con habitaciones cómodas, un ambiente familiar y una propuesta gastronómica que resalta lo mejor de la cocina aragonesa.
Combina naturaleza y cultura con un alojamiento estratégico
Una de las principales ventajas de elegir Las Rumbas como tu alojamiento en Nuévalos es su ubicación privilegiada. Desde aquí, puedes planificar jornadas completas explorando las maravillas naturales como la Gruta las Maravillas y la cascada la Paradera, y al día siguiente dedicarte a recorrer las calles históricas de Calatayud, sin necesidad de largos desplazamientos. Esta combinación te permite disfrutar de lo mejor de ambos mundos: el descanso y la desconexión en un entorno rural, y la inmersión cultural y gastronómica en una ciudad con siglos de historia.
Además, tras una jornada de senderismo o visitas culturales, regresar a Las Rumbas te garantiza un ambiente tranquilo donde relajarte. Su restaurante, conocido por sus especialidades a la brasa y platos típicos aragoneses, es el lugar perfecto para disfrutar de una cena reconfortante mientras planificas tus siguientes pasos.
Descubre los alrededores desde tu base en Nuévalos
Optar por un alojamiento en Nuévalos como Las Rumbas no solo te sitúa cerca de Calatayud, sino también en el corazón de una región repleta de atractivos. Desde aquí, puedes organizar excursiones de un día a la Sierra de Armantes, explorar los cañones del río Mesa o simplemente disfrutar de la serenidad que ofrece el embalse de La Tranquera. Este entorno es ideal para quienes desean escapar del bullicio y sumergirse en la naturaleza, con la comodidad de saber que cada noche podrán descansar en un lugar acogedor y bien equipado.
Si viajas en familia o en grupo, Nuévalos es un punto de partida ideal para recorrer toda la comarca de Calatayud. La cercanía a lugares como Jaraba, con sus balnearios y rutas de senderismo, o a pueblos con encanto como Alhama de Aragón, hace que cada día puedas descubrir algo nuevo. Después, siempre tendrás la tranquilidad de regresar a Las Rumbas, donde el confort y la hospitalidad te harán sentir como en casa.